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 La Academia Estadounidense de Pediatría reconoció, recientemente, al neurofeedback como un tratamiento de Primer Nivel para e lTrastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), consolidándose la efectividad de esta técnica para su abordaje.

En una carta de lectores enviada a la Revista Monitor on Psychology, Matthew Fleischman, PHD, señala además que es preciso superar el sesgo de la profesión médica a los enfoques no farmacológicos y considerar al neurofeedback para abordar el TDHA.

El tratamiento con neurofeedback implica que los pacientes vean una película que se encoge y se desvanece cuando el software detecta cambios no deseados en la actividad de sus ondas cerebrales. El paciente, al comenzar, no está instruido para concentrarse ni para relajarse. Lo describiría como algo similar a las tiras en una carretera que entrena a los conductores para permanecer en su línea.

La mejora, al igual que en el entrenamiento deportivo o musical, es gradual, pero una vez que se alcanza la competencia, se mantiene.

El tratamiento con neurofeedback suele durar de 20 a 40 sesiones.  Los “efectos secundarios” son: una mejoría del sueño, un mejor estado de ánimo, una menor ansiedad y una mejor tolerancia a la frustración.

Como el tratamiento involucra películas o videojuegos, el cumplimiento del tratamiento rara vez presenta un problema.

Al igual que en un buen médico, el neurofeedback requiere conocimientos técnicos y habilidades clínicas. La mayoría de los clínicos pueden aprender lo básico en una capacitación intensiva de una semana seguida de una supervisión continua, a menudo a través de grupos de discusión online.

El costo del equipo es moderado. La mayor barrera es que la mayoría de las compañías de seguro médico no cubren las sesiones de neurofeedback. De todas maneras, se pueden mantener tarifas razonables y aun así hacerlo bien. La mayor satisfacción profesional proviene de los cambios en los pacientes.

Fuente: Monitor on Psychology